Esta ermita recibe al visitante nada más entrar en la Villa de Candalario y es denominada la ermita del Santo Cristo del Refugio, en una gran explanada presidida por la Cruz de término. El interior descansa el Cristo del Refugio, de gran devoción por parte de los vecinos de la localidad.
Preside la ermia un retablo rococó, con estípites que enmarcan dos hornacinas rematados en los escudos de la orden, cobijando una de ellas una talla excepcional de San Vicente Ferrer, y la central el llamado Cristo del Refugio, una pequeña talla de un crucificado que seguramente sea de finales del siglo XVI. Los escudos del retablo, con las armas de los Zúñiga, se encuentran colocados en las paredes de la nave y a juzgar por su tamaño el retablo debió ser de gran calidad y de dimensiones considerables.